Simbolismo del Shabbat – Sábado

Desde el tiempo de la esclavitud del Pueblo de Israel en Babilonia los sabios de la Torah, la Biblia en Hebreo, dividieron los cinco libros del Antiguo Testamento en 54 partes o “porciones”, lo que en hebreo se llama Parashot, plural de Parashat.

El nombre de cada parte de la Biblia proviene de una de las primeras palabras que suele ser muy significativa y, de alguna manera, resume el sentido de esa porción.

El nombre de la porción de esta semana es el de Bejukotai, ordenanzas o mandamientos. Aun cuando es importante mantener la traducción original de las palabras es importante darle el contexto Iniciático a su significado. Y en ese sentido entendemos ordenanzas o mandamientos no como imposiciones si más bien como indicaciones o puntos de referencia para saber por dónde y cómo recorrer el camino que nos lleve a la experiencia de lo sagrado.

En la parashat de Bejukotai encontramos indicaciones acerca de los shabbats. La práctica del shabbat es dedicar el séptimo día a una serie de actividades que vayan más allá de la búsqueda del sustento y del placer, un tiempo dedicado a la trasformación del caminante, del Iniciado.

El Guru VSA Carlos Michan con cierta frecuencia nos recuerda el uso de PARDES como una herramienta tradicional para el estudio de la Torah, ya que en la Tradición de la Kabbalah se sabe que cada capítulo, cada versículo e incluso cada palabra de la Biblia contiene varios niveles de entendimiento o interpretación simultáneos, sin que estos se contradigan entre sí, estos son: Peshat, el significado literal, Remez el alegórico, Derash el metafórico y Sod representa el significado secreto.

Dentro del PARDES las matemáticas son una herramienta bastante útil, estas matemáticas son elementos para dar pistas al caminante para encontrar el camino hacia lo sagrado, por lo que un servidor le agrega un adjetivo y las llama matemáticas sagradas, para resaltar su importancia, además para distinguirlas del término numerología, que si bien es una herramienta útil tiene una connotación de ser una suerte de adivinación.

El tres se refiere al hombre, el cual es el símbolo del espíritu y el cuatro el símbolo de la materia, la mujer. En aclaraciones previas hemos insistido en que son símbolos no referencias a género. De esta manera el encuentro del espíritu y de la materia está dado por la suma del tres y del cuatro, lo cual es el sentido del día siete, del sábado, del shabbat.

En la Torah se considera la relación del hombre y la mujer como un símbolo de todos los pares de opuestos que existen en la vida. Y por lo tanto la misma consideración se aplica a los símbolos del espíritu y la materia o sus referencias como tres y cuatro.

De esta manera hablar de la unión del hombre y la mujer en la Torah va más allá de plantear soluciones a las relaciones de pareja, e incluso más allá de una adecuada relación entre espíritu y materia, estamos hablando de la armonía de todo aquello que por ser parte de una dualidad esté expuesta, en algún momento, a un conflicto. Y al hablar de dualidad o pares de opuestos estamos hablando prácticamente de toda la experiencia humana, blanco-negro, hermoso-feo, alto-bajo, frío-caliente, valor-miedo, salud-enfermedad…

En la práctica esto da origen a un ejercicio básico para cualquier estudiante de Kabbalah: trabajar aquellas partes no educadas de su ego a las cuales la Torah les da el nombre de “enemigos del Pueblo de Israel”.

Aclaro que no se está hablando de aniquilar al ego, tampoco se considera al ego como el “contenedor de todos los males de la humanidad”, y por lo tanto el enemigo a destruir, definitivamente no se trata de eso.

El ego, con su asiento en Yesod, la segunda sefira de abajo hacia arriba, tiene múltiples funciones muy útiles, entre la que destaca la de proteger al individuo, lo cual no es poco, este, a través de las múltiples etapas evolutivas expresa todavía una buena cantidad de sombras y aspectos contraproducentes al individuo en su estadio de consciencia actual, esas son precisamente las partes que es importante resolver, solo esas partes, que de una manera metafórica la Torah nos habla de los “enemigos” a eliminar. Es preciso recordar que toda Tradición de Sabiduría está firmemente asentada sobre principios éticos y Kabbalah no es la excepción.

Esta insistencia de la Torah por resolver los pares de opuestos y convertirlos, en lo que un servidor llama “la armonía de los complementarios”, se expresa a través de las matemáticas sagradas de la Torah como la unión del tres y del cuatro, valores numéricos, que insisto, son las expresiones matemáticas del hombre y de la mujer, del espíritu y de la materia.

De esa manera en tanto que el tres y el cuatro, matemática y simbólicamente hablando, se mantienen separados representan los pares de opuestos como pares en conflicto o no integrados o no resueltos. Y como consecuencia, cuando esos pares han superado la rivalidad ya se encuentran en armonía que se expresa como la integración del tres y del cuatro en el siete, es por eso el sentido de “día de descanso”, ya que la dinámica generada por el conflicto de los opuestos en ese punto ha desaparecido.

Es por esto que las mismas letras, en hebreo, que forman la palabra shabbat al pronunciarse como shebet adquieren el significado de sentarse o estar inactivo

 

o cuando se pronuncian como shebat se refieren a cesar, reposar, dejar de hacer algo.

 

El pueblo judío, como grupo étnico, ha tenido la misión de perpetuar estos símbolos a través de sus tradiciones y costumbres y de esta manera el shabbat lo viven en forma literal, al pie de la letra, para que no se olvide su importancia.

Nos dice Paul Johnson en su Historia de los Judios en la página 33:

El shabbat fue la otra antigua y gran institución que distinguió a los israelitas de otros pueblos,… en los Libros del Éxodo y el Deuteronomio aparecen diferentes justificaciones racionales: la conmemoración del descanso de Dios después de la Creación, la liberación de Israel de la esclavitud egipcia y la necesidad humanitaria de conceder cierto descanso a los trabajadores, sobre todo a los esclavos y a las bestias de carga. El día de descanso es una de las grandes contribuciones judías al bienestar y la alegría de la humanidad. No obstante, era un día sagrado tanto como un día de descanso…

Así, al conmemorar cada siete días el shabbat la comunidad israelita nos recuerda la importancia que para el estudiante de Kabbalah tiene el shabbat como símbolo, y el shabbat como símbolo es la armonía de los complementarios, resultado de un trabajo por parte del caminante que ha llegado a ese punto a partir de iniciar con la situación de los pares de opuestos.

Así el shabbat, como símbolo, el caminante lo vive cualquier día de la semana, el día de la semana en que logra resolver un conflicto, una rivalidad, una enemistad.

Insisto y sintetizo, el trabajo del estudiante de Kabbalah está en convertir los pares de opuestos en armonía de los complementarios, expresado a través del símbolo del siete, del shabbat, razón por la cual la Torah expresa una recurrente insistencia en la celebración de este día.

La solución de los pares de opuestos no es exclusiva a la Kabbalah, así el Tao Te King, del legado cultural chino, es un tratado de como armonizar los opuestos. Por ejemplo en el capítulo dos expresa:

Con la alternancia de ser y no ser toman vida

la sucesión de lo difícil y lo fácil,

la comparación entre largo y corto,

el contraste entre alto y bajo,

la armonización entre sonido y tono

y el orden de precedencia y secuencia.

Y nos aclara, no en un orden simplista, sino como un ejemplo:

Cuando considera el mundo que existe belleza

aparece también la fealdad,

cuando el mundo considera que algo es bueno

se da cuenta de que la maldad existe.

Y concluye con la experiencia de quien lo ha vivido, pasando de los conceptos al terreno de lo práctico:

Por eso el sabio, libre de autoengaño,

enseña sin palabras, obra sin acción

y no desea controlar ni poseer:

da sin esperar retribución o reconocimiento

y realizada la obra, se retira

conservando aquello

que no se le puede arrebatar.

Otras escuelas y tradiciones van a hablar también de los pares de opuestos, el Ida y el Píngala del Yoga, el Solve y Coagula de los Alquimistas, y el la Tradición Iniciática el Maestre Serge Raynaud de la Ferriere lo sintetiza a través del símbolo del Aguador considerando como los opuestos a resolver a la Ciencia y a la Religión.

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Gustavo S Téllez Rangel vive en Pachuca, Hidalgo, México. Actualmente ostenta el Segundo Grado Iniciático, Gagpa, en la Gran Fraternidad Universal, Línea Solar. Su vertiente principal de conocimiento es Kabbalah, sus intereses se centran en la Ciencia, en especial la neurociencia y Pensadores actuales del Mundo Empírico. Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica en el IPN. Maestría en Computación en el CINVESTAV.

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