Neuronas espejo

Me inspiro en un ensayo de Vilayanur Ramachandran (conocido por los amigos como Rama) titulado: «Las neuronas espejo y el aprendizaje por imitación como fuerza motriz del gran salto hacia adelante de la evolución humana», parar realizar algunas consideraciones que espero se conviertan en un estímulo para que también ustedes lean este artículo.

Para aquellos que nunca han oído hablar de ellas, las neuronas espejo son una clase de neuronas motoras que se activan involuntariamente tanto cuando un individuo realiza una acción finalizada, como cuando el mismo individuo observa la misma acción finalizada realizada por otro sujeto.

Fueron descubiertos por casualidad por unos investigadores italianos de la Universidad de Parma coordinados por Giacomo Rizzolatti entre los años 80 y 90 del siglo pasado observando el comportamiento de los monos en el laboratorio.

Según Ramachandran «harán por la psicología lo que el ADN ha hecho por la biología: proporcionarán una estructura unificadora y ayudarán a explicar una serie de habilidades mentales que hasta ahora han permanecido misteriosas e inaccesibles a los experimentos».

Las neuronas espejo permiten aprender a través de la imitación y «leer las intenciones de los demás», acelerando así cualquier aprendizaje y transmisión cultural de conocimiento.

Esto reafirma una enseñanza popular que dice «enseñar con el ejemplo vale más que mil palabras» y que podemos ver bien en los niños que repiten lo que hacen sus padres, en lugar de escuchar sus enseñanzas verbales.

El ser humano necesita «reflejarse» a sí mismo para aprender de sus primeros pasos en este mundo, al principio nuestros modelos son los padres, luego la familia, los maestros de la Escuela, hasta que nos encontramos con nuestro maestro de la Vida, el Maestro espiritual, que logra enseñarnos a través del Silencio (gran paradoja).

Podemos encontrar, inesperadamente, este mismo concepto también en el Evangelio de San Juan en el capítulo 5:19: «Jesús volvió a hablar y dijo: De cierto, de cierto os digo, el Hijo por sí mismo no puede hacer otra cosa que lo que ve hacer al Padre; lo que él hace, el Hijo también lo hace».

A nivel interpretativo simbólico y esotérico podemos decir que el Padre simboliza al Maestro, que ama tanto a su Discípulo-Hijo que le manifiesta todo lo que hace para que pueda aprender y continuar su trabajo en favor de la humanidad. Es el principio en el que se basa toda Tradición, de hecho, la transmisión iniciática tiene lugar, desde los albores de los tiempos, a través de enseñanzas orales y ejemplos vivos. Es por eso que la SOA se propone a sí misma como Iniciación Real y Viviente y no puramente intelectual o simbólica, porque solo viviendo y aplicando las enseñanzas a nuestras vidas es posible inspirar a nuestros semejantes.    

Cuando nuestras palabras contradigan nuestras acciones, serán solo estas últimas las que dejen huella en nuestros hijos, amigos o estudiantes.

De ahí la importancia de ser buenos ejemplos en la vida como a lo largo del Camino Iniciático (que no están separados), esto no significa nunca cometer errores, sino saber reconocer el error y sobre todo enseñar que se puede aprender de cada situación y reparar dicho error.

Web | + posts

Cristina Cester vive en Venecia, Véneto, Italia. Actualmente ostenta el Tercer Grado Iniciático, Gelong, en la Gran Fraternidad Universal, Línea Solar. Es experta en Yoga, Astrología y de unos años para acá ha incursionado exitosamente en Kabbalah.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *